Móviles en adolescentes
Desde hace ya varias semanas escuchamos en los medios de comunicación noticias sobre movilizaciones de madres y padres que piden un control o intervención en el uso de los móviles por parte de los adolescentes. Este debate ha llegado a algunas instituciones, y surgen opiniones a favor y en contra de legislar el uso del móvil en colegios e incluso en el ámbito privado. Nuestras psicólogas, Ángela y Susana, nos dicen qué opinan al respecto, como profesionales de la salud mental y según su experiencia con adolescentes y padres.
Todos sabemos que el mal uso de los móviles puede tener consecuencias muy negativas a nivel social y personal, tanto en adultos como en adolescentes y niños. Adiciones, acoso, violencia, aislamiento, dependencia, percepción falsa de la realidad…Son consecuencias que por desgracia vemos a nuestro alrededor en cualquier ámbito social.
Al llegar a los 12 años, nuestros niños se hacen mayores de repente, dejan el colegio, cambian de centro escolar y se produce un cambio en sus relaciones sociales. El móvil es un medio para mantener el contacto con los demás. Además, se transforma en una herramienta de aprendizaje que usarán en el propio instituto, y estará con ellos durante toda su vida a nivel laboral, social, de estudios, etc.
Pero también pueden tener acceso a contenidos que su cerebro no está preparado para procesar.
¿Prohibir es la solución? La respuesta creemos que es no.
Si prohibimos el uso del móvil, por ejemplo hasta los 16, podemos generar una “situación trampa”. No dejamos que nuestros hijos lo usen con cierta libertad antes de esa edad, pero cuando cumplen los 16 ¿pueden usarlo sin control? ¿Pueden acceder a contenidos pornográficos, violentos, juegos de azar, compras, redes sociales, etc. con total libertad y sin haberles preparado para ello? Por otro lado, estamos quitándoles un recurso con muchas utilidades prácticas que usarán a lo largo de su vida.
¿Cuál es entonces la solución? Todos sabemos que la solución no es fácil y tampoco es cómoda. Pero la solución no es la prohibición por ley, sino que la sociedad y sobre todo los padres eduquemos en el buen uso de las tecnologías. Y que además les eduquemos desde pequeños. Antes de los 12 años los niños son más receptivos, escuchan y aprenden. Entre los 12 y los 14 la tarea es más difícil, y a partir de los 16 los adolescentes son más impulsivos y menos receptivos.
¿Y cómo educar? Principalmente siendo conscientes de nuestra responsabilidad como padres, conociendo los riesgos y las consecuencias. Y no nos referimos sólo al uso del móvil, sino también al uso de televisión, videojuegos, etc. ¿Hemos normalizado que un niño de 12 años vea películas para mayores de 18, o que juegue a videojuegos con contenido violento, etc.?.
Por supuesto, no es una tarea fácil, pero tenemos recursos para ello.
Existen aplicaciones de control del tiempo de uso y con filtros de contenido para que los menores no puedan acceder ni recibir información que no sea apta para su edad. Sentarnos con nuestros hijos y decidir juntos qué pueden ver es una forma de educar y también de conectar con ellos y sus necesidades. Se trata de darles la información sobre todo lo que tendrán en sus manos, y darles las herramientas para gestionar esa información.
También podemos recurrir a escuelas de padres, en colegios o asociaciones, así como a profesionales de diferentes ámbitos (profesores, educadores, psicólogos, etc.). Y por supuesto, no olvidarnos que somos un espejo en el que se reflejan nuestros menores, no podemos pedirles que hagan un buen uso de los móviles si nosotros mismos hacemos todo lo contrario…
CPA Psicólogos
Unidad de Psicología Clínica. Medicálitas.
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